Las nuevas herramientas que brinda internet, gratuitas y de uso cada vez más masivo, son bienvenidas para el quehacer político. Sin embargo, pocos son los dirigentes que son diestros en el asunto, lo disfrutan, lo gozan y tienen la dosis de histrionismo suficiente para mostrarse casi íntimo desde una computadora. Es el caso del gobernador Sergio Urribarri que considera una prioridad de su gestión el uso de estas herramientas y así insiste en que sea para los funcionarios del gabinete provincial.
“Los otros días fui a visitar la fábrica de viviendas industriales que crece en la ciudad de Ramírez en el departamento Diamante. Realmente salí enchufado”, testimonia en la presentación de otro video. Allí un empresario, que luce como un hombre común, le cuenta a Urribarri, mientras recorren la planta, que pasó de 10 a 35 empleados en los últimos tres años. Un subtitulado remarca el dato positivo.
La portada del sitio digital se vincula con el muro de Urribarri en Facebook, con los mensajes dejados en Twitter, con la base de fotos en Flickr, con los videos dejados en Youtube. Todo eso, sumado a un Blakberry (un modelo de teléfono móvil que permite comunicarse a través de estas redes sociales) que lleva el gobernador todo el día encima, sustentan la comunicación casi directa con todos quienes pretenden tomar contacto con el titular del Ejecutivo. Estas redes de comunicación tienen la particularidad de dejar de lado la fuerte intervención de los medios entre el político y la gente. Tanto como que en ningún caso la información difundida por estos canales tiene mínimo formato periodístico y siempre está expresada en la primera persona.
Moderadores
Saludos, demandas, consultas llegan al titular del Ejecutivo por estas vías. Algunas veces, la respuesta llega firmada por un “equipo moderador”, identidad bajo la cual se presenta un grupo de cuatro personas que sigue de cerca los movimientos de estas redes virtuales, recibe mensajes, contesta algunos.
“Urribarri no está en campaña digital”, dicen desde el equipo para explicar, de este modo, que la estructura sea “bastante simple, construida sobre la integración de herramientas de uso gratuito que no requieren de una ingeniería específica”.
Respecto de los contenidos, se insiste en marcar que “es bastante simple” y que “la gente te da mucho” con sus mensajes o a través de espacios que convocan a enviar “proyectos para tu provincia” o a contar “qué estás haciendo por tu provincia”.
Desde el equipo afirman que “hay un gran hallazgo de Urribarri de facilitar una manera de trabajar tal que todo lo que él recorre, mientras transcurre su jornada de trabajo, pueda ser reflejado de manera original en el sitio”, sostienen.
“Nunca llega a ser un reality – aclaran –. Siempre se registra su trabajo de la casa para afuera. Pero el gran impulsor de todo esto es él y se molesta mucho si la cámara no está y se pierde algo que dijo la gente con la que se encuentra”, contaron.
“La gente que se comunica tiene la necesidad de ser oída. Y es un espacio donde no se predica política, hay muy pocos mensajes que hablen de política o sean controversiales, ni del gobernador ni de la gente que escribe”, cuentan desde el equipo que relata que llegan desde mensajes de aliento, hasta reclamos porque la máquina no pasa frente al campo. “Facebook sirve para cosas que parecen bastante simples”, afirman.
“Yo hablo con él todos lo días”
El equipo de moderadores relató una anécdota de cómo se vivencia como real la comunicación a través de las redes sociales. “A una mujer, hace unos meses, le toca el timbre un nene. Ella abre la puerta y el chico le dice que le dé algo porque es su cumpleaños”. La mujer le dice que no tiene nada pero que le va a plantear el asunto a Sergio Urribarri. “Llegó el mensaje contando toda esta historia y el pedido de una bicicleta. El equipo vio el mensaje y decidió contactarla directamente por teléfono. Nos llevó tres días ubicarla. Como uno suele vivir en el ombligo del mundo, pensamos que se iba a emocionar”, relató un integrante del equipo. La llamaron y para decepción del grupo “no se puso ni contenta, ni demasiado agradecida, ni emocionada, ni nada. ‘La noto un poco fría’, le dijimos. Ella contestó: ‘Es que yo hablo con el gobernador todos los días”.
“Los otros días fui a visitar la fábrica de viviendas industriales que crece en la ciudad de Ramírez en el departamento Diamante. Realmente salí enchufado”, testimonia en la presentación de otro video. Allí un empresario, que luce como un hombre común, le cuenta a Urribarri, mientras recorren la planta, que pasó de 10 a 35 empleados en los últimos tres años. Un subtitulado remarca el dato positivo.
La portada del sitio digital se vincula con el muro de Urribarri en Facebook, con los mensajes dejados en Twitter, con la base de fotos en Flickr, con los videos dejados en Youtube. Todo eso, sumado a un Blakberry (un modelo de teléfono móvil que permite comunicarse a través de estas redes sociales) que lleva el gobernador todo el día encima, sustentan la comunicación casi directa con todos quienes pretenden tomar contacto con el titular del Ejecutivo. Estas redes de comunicación tienen la particularidad de dejar de lado la fuerte intervención de los medios entre el político y la gente. Tanto como que en ningún caso la información difundida por estos canales tiene mínimo formato periodístico y siempre está expresada en la primera persona.
Moderadores
Saludos, demandas, consultas llegan al titular del Ejecutivo por estas vías. Algunas veces, la respuesta llega firmada por un “equipo moderador”, identidad bajo la cual se presenta un grupo de cuatro personas que sigue de cerca los movimientos de estas redes virtuales, recibe mensajes, contesta algunos.
“Urribarri no está en campaña digital”, dicen desde el equipo para explicar, de este modo, que la estructura sea “bastante simple, construida sobre la integración de herramientas de uso gratuito que no requieren de una ingeniería específica”.
Respecto de los contenidos, se insiste en marcar que “es bastante simple” y que “la gente te da mucho” con sus mensajes o a través de espacios que convocan a enviar “proyectos para tu provincia” o a contar “qué estás haciendo por tu provincia”.
Desde el equipo afirman que “hay un gran hallazgo de Urribarri de facilitar una manera de trabajar tal que todo lo que él recorre, mientras transcurre su jornada de trabajo, pueda ser reflejado de manera original en el sitio”, sostienen.
“Nunca llega a ser un reality – aclaran –. Siempre se registra su trabajo de la casa para afuera. Pero el gran impulsor de todo esto es él y se molesta mucho si la cámara no está y se pierde algo que dijo la gente con la que se encuentra”, contaron.
“La gente que se comunica tiene la necesidad de ser oída. Y es un espacio donde no se predica política, hay muy pocos mensajes que hablen de política o sean controversiales, ni del gobernador ni de la gente que escribe”, cuentan desde el equipo que relata que llegan desde mensajes de aliento, hasta reclamos porque la máquina no pasa frente al campo. “Facebook sirve para cosas que parecen bastante simples”, afirman.
“Yo hablo con él todos lo días”
El equipo de moderadores relató una anécdota de cómo se vivencia como real la comunicación a través de las redes sociales. “A una mujer, hace unos meses, le toca el timbre un nene. Ella abre la puerta y el chico le dice que le dé algo porque es su cumpleaños”. La mujer le dice que no tiene nada pero que le va a plantear el asunto a Sergio Urribarri. “Llegó el mensaje contando toda esta historia y el pedido de una bicicleta. El equipo vio el mensaje y decidió contactarla directamente por teléfono. Nos llevó tres días ubicarla. Como uno suele vivir en el ombligo del mundo, pensamos que se iba a emocionar”, relató un integrante del equipo. La llamaron y para decepción del grupo “no se puso ni contenta, ni demasiado agradecida, ni emocionada, ni nada. ‘La noto un poco fría’, le dijimos. Ella contestó: ‘Es que yo hablo con el gobernador todos los días”.
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