
“No soy una paracaidistas de Cristina”, dijo Blanca Osuna, electa intendenta de Paraná con alrededor del 37% de los votos, un par de días antes de terminar la campaña. Le puso la voz y la cara, desde el Congreso de la Nación, a distintas iniciativas, las simpáticas y las no tanto y desde el conflicto agropecuario a la fecha se constituyó en un soldado kirchnerista en debates como la Ley de Medios, la de Matrimonio Igualitario, el rechazo al 82% móvil o la estatización de las AFJP.
Fue ese perfil el que la ubicó en la boleta del Frente Justicialista para la Victoria, con la bendición de la presidenta reelecta, Cristina Fernández, que ayer, en pleno discurso en el acto de los festejos, se acordó de ella: “Me dicen que Blanquita Osuna es la nueva intendenta de Paraná. Blanquita, una querida compañera”.
Hubo resistencias a su nominación pero finalmente el peronismo de Paraná se encolumnó tras su figura, condecorada durante toda la campaña con la llegada de funcionarios nacionales que le permitieron hacer de su accionar proselitista una especie de preludio de la gestión, en conjunto con la Nación. Ante un indubitable triunfo de Cristina en la Nación y de Sergio Urribarri en la provincia, fue creciendo la promoción del corte de boletas, en desmedro de Osuna, por parte de distintos sectores partidarios.
Osuna sobrellevó la campaña “de las tijeras” y las resistencias partidarias. Reunió en su entorno a los sectores más identificados con los movimientos sociales, los grupos políticos que prefieren desarrollar su accionar fuera de la estructura del PJ, en la universidad, los gremios, los barrios.
Fue eficaz su mensaje en atar su suerte a la de una ciudad para la cual llegaría la coordinación de políticas y la asistencia por parte de los gobiernos provincial y nacional.
Sumar a Paraná al “crecimiento”, al “proyecto nacional”, al perfil ideológico y de gestión que se sostendría en otras ciudades, fue la premisa para Osuna.
Revirtió la carga negativa que se suele asociar al “arrastre” de la boleta sábana y la valoró como la decisión del electorado de incluir a Paraná a la bonanza de la iniciativa de la provincia y la Nación.
Le alcanzó con todo eso para un triunfo ante dos adversarios con la experiencia que a ella le falta en la administración municipal: el intendente José Carlos Halle que iba por la reelección con el Frente Entrerriana Federal fundado por el bustismo; y Sergio Varisco, ex presidente municipal y mano derecha de su padre, Humberto Varisco, en la gestión 1995 – 1999, que fue en la boleta del Frente Progresista Cívico y Social.
La elección marcó el triunfo de Osuna, que el 10 de diciembre plantará bandera urri–kirchnerista en Paraná. En las promesas de campaña han quedado comprometidas la provincia y la Nación.
Ha sido un día importante, dijo anoche Osuna, en el marco de los festejos frente a Casa de Gobierno. “El primer sentimiento es de muchísimo respeto al resultado electoral, a quienes nos votaron y a quienes no. Nos impone una responsabilidad que buscamos y creo que no es bueno simplificar nada”, dijo la senadora nacional.
“He aprendido que nadie vota contra sus propios intereses y esto vale para lo local, lo provincial y lo nacional”, interpretó Osuna que concluyó: “Este resultado tiene que ver con eso: con que la mayoría de los paranaenses confía que, en definitiva, vamos a poder ser capaces de avanzar con cosas pendientes en la ciudad”.
Fue ese perfil el que la ubicó en la boleta del Frente Justicialista para la Victoria, con la bendición de la presidenta reelecta, Cristina Fernández, que ayer, en pleno discurso en el acto de los festejos, se acordó de ella: “Me dicen que Blanquita Osuna es la nueva intendenta de Paraná. Blanquita, una querida compañera”.
Hubo resistencias a su nominación pero finalmente el peronismo de Paraná se encolumnó tras su figura, condecorada durante toda la campaña con la llegada de funcionarios nacionales que le permitieron hacer de su accionar proselitista una especie de preludio de la gestión, en conjunto con la Nación. Ante un indubitable triunfo de Cristina en la Nación y de Sergio Urribarri en la provincia, fue creciendo la promoción del corte de boletas, en desmedro de Osuna, por parte de distintos sectores partidarios.
Osuna sobrellevó la campaña “de las tijeras” y las resistencias partidarias. Reunió en su entorno a los sectores más identificados con los movimientos sociales, los grupos políticos que prefieren desarrollar su accionar fuera de la estructura del PJ, en la universidad, los gremios, los barrios.
Fue eficaz su mensaje en atar su suerte a la de una ciudad para la cual llegaría la coordinación de políticas y la asistencia por parte de los gobiernos provincial y nacional.
Sumar a Paraná al “crecimiento”, al “proyecto nacional”, al perfil ideológico y de gestión que se sostendría en otras ciudades, fue la premisa para Osuna.
Revirtió la carga negativa que se suele asociar al “arrastre” de la boleta sábana y la valoró como la decisión del electorado de incluir a Paraná a la bonanza de la iniciativa de la provincia y la Nación.
Le alcanzó con todo eso para un triunfo ante dos adversarios con la experiencia que a ella le falta en la administración municipal: el intendente José Carlos Halle que iba por la reelección con el Frente Entrerriana Federal fundado por el bustismo; y Sergio Varisco, ex presidente municipal y mano derecha de su padre, Humberto Varisco, en la gestión 1995 – 1999, que fue en la boleta del Frente Progresista Cívico y Social.
La elección marcó el triunfo de Osuna, que el 10 de diciembre plantará bandera urri–kirchnerista en Paraná. En las promesas de campaña han quedado comprometidas la provincia y la Nación.
Ha sido un día importante, dijo anoche Osuna, en el marco de los festejos frente a Casa de Gobierno. “El primer sentimiento es de muchísimo respeto al resultado electoral, a quienes nos votaron y a quienes no. Nos impone una responsabilidad que buscamos y creo que no es bueno simplificar nada”, dijo la senadora nacional.
“He aprendido que nadie vota contra sus propios intereses y esto vale para lo local, lo provincial y lo nacional”, interpretó Osuna que concluyó: “Este resultado tiene que ver con eso: con que la mayoría de los paranaenses confía que, en definitiva, vamos a poder ser capaces de avanzar con cosas pendientes en la ciudad”.
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